lunes, 29 de diciembre de 2008







OH estoy muy cansada. OH tu sabes, estoy muy cansada. No tengo sueño pero estoy muy cansada. No quiero dormir, pero siento cansancio. La televisión me da sueño, me pone mala, la televisión del domingo me pone frenética. Aburrido. Divertido. Estoy tan cansada que no puedo acostarme. No puedo ir a buscar nada, estoy cansada. No puedo encender el cigarrillo, me da sueño. El diario me da sueño la calle me da sueño tu llamado telefónico. Me molesta la gente que llama a mi casa por equivocación. Me siento cansada, no quiero una cama. Mi cara me tiene cansada y también mi vecino me da sueño. No puedo dormir, no tengo fuerzas, no quiero café. No puedo encender la luz está muy lejos la escuela. No, no quiero que me compadezcas, eso me da más sueño. Haceme un favor, si. Abajo a tu derecha, en el cajón no, a la vueltita. Hay un disco, ponelo. Gracias. Desde el principio que suene ¿termina y me pones el otro? Si justo tengo mucha sed ¿me darías un vaso con agua? Perdóname le subís el volumen un toque, disculpa.














12/12/2008 03:49 p.m.



¿Madrugaré temprano en la mañana?


Me encontré a un hombre y medio, cuya mitad de él mismo guardaba en su bolsillo.

Pequeños dobleces.

Esperemos vientos huracanados y ciudades tapizadas de anzuelos
Pero nunca nos cansemos de esperar
Nunca me cansaré de esperarte a vos.






10 9 8 7 6 5 4 3 2 1


Y otra Báez 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1


Tengo, tengo una bufandita a cuadritos. Esperemos vientos huracanados y ciudades tapizadas de anzuelos.








XIX
Hombre que lee el diario
¡Usted de mi no sabe nada! le repito, váyase, antes que me enfurezca.

Luís mira burlonamente al tipo, achica la cara y le estornuda cerca, al instante se sienta a su lado en el banco y corre el brazo como para simular un abrazo fraterno. El hombre que lee el diario se levanta asustado, da un brinco y se aleja trotando rápido.


Luís se acerca sigilosamente a la madrecita, toma un puñado de arena y se lo tira en la cabeza. El niño ríe divertido con afán de justicia.


Madre (cartera en mano amenazadora): ¡que hace infame! (grita y agita las manos con frenesí) ¡policía!










Soñé con George Harrison.

Ayer soñe con George Harrison. Ya había soñado antes, pero en el sueño anterior estaba Lennon, o más bien Harrison-Lennon. Quizás porque están muertos y yo los quiero hacer regresar de alguna manera. Pero no. En el sueño de ayer solo estaban George y mi abuela talvez, cocinando como de costumbre y no tocando la guitarra. Venia George a mi casa con unos anteojos de sol a pesar de que estaba nublado. Se sentaba cerca de la estufa, y yo me sentaba cerca de él, mirándolo y pensando lo siguiente: es demasiado grande. En efecto el George Harrison de mis sueños era corporalmente más morrudo que el original. Y los lentes que él tenía puestos eran tan grandes que su cara estaba como tapada. Para colmo no emitía sonido, estaba sentado esperando la comida. No recuerdo el momento en el cual nos dispusimos a comer. Pero recuerdo que cuando salí afuera, él ya se estaba despidiendo, caminando hacia la ruta y por tomarse el colectivo. Y yo pensé: que tipo raro. Si hubiera querido se podría haber marchado en avión privado y se va en colectivo. Es un gran tipo.




Little GREEN bay.









jueves, 18 de diciembre de 2008





En una playa de algún lugar…



Haroldo viste de blanco, descalzo pisa la espuma del mar ruidoso. Habano en mano, ve a una figura acercarse, el viento le vuela los volados del vestido a lunares. Haroldo sonríe. Espera a la mujer que se acerca, (Suena claro de luna, tocada por Arthur Rubinstein). En el ambiente hay un hermoso perfume, no se distingue con claridad a que huele.

Haroldo
Hola Jane. (La mira aterciopelado, su baby face le descubre un parecido con James Bond).
Jane
Hola Haroldo. (Indudablemente ella tiene cuerpo de bailarina, sus pestañas esconden sus hermosos ojos lilas).
Haroldo
Te estaba esperando Jane, hace tiempo, en este mismo lugar. Ven, te quiero enseñar mi avión.
Jane
Eso no es posible. Olvida lo nuestro, hace tiempo esta enterrado.
Haroldo
Yo se que me amas Jane. (La toma por la cintura).
La música se eleva de repente, pero con violencia.
Jane
(Se resiste a medias) ¡Nunca te personaré canalla! (Llora y lo besa).

La pareja corre hacia el mini-avión que brilla a unos metros sobre la arena. Suben riendo a carcajadas y despegan en un halo mágico e inverosímil. Círculos de luz difusa en torno a los cuerpos luminosos.
El goteo de la canilla marca la temporalidad del reloj. La tormenta eléctrica se anuncia con espasmos en la noche. Despierta Lola y cierra la ventana. Se le han volado los papeles de su escritorio. Los acomoda con un inminente mal humor (le han interrumpido el sueño maravilloso). La han jodido. Debajo del desorden se descubre la película vieja "Jane y Haroldo". La mira con recelo, se la ha prestado su amigo Esteban, (no la ha visto aun). Maldito romanticismo caduco, vuelve a la cama.



Octubre del 85´, revista: Pelo.


Escribe
Andres
Calamaro.





El año uno





Mientras otras publicaciones malgastan papel, un importante descubrimiento tiene lugar aquí mismo y ahorita, pues. A propósito del tiempo, la historia y sus códigos hablamos hoy de lo que debería de ser una década. Generalmente se piensa que una década comprende los diez años que hay entre un cero y otro (por ejemplo la década del 30: entre 1930 hasta 1940); pero este servidor insiste en que sería más exacto y conveniente contar de cinco en cinco (y considerar la década del 30: entre 1935 y 1945). Podríamos decir, respetando esta nueva norma que este año recién empieza la gran década de los ochenta. Musicalmente hablando la teoría tiene una gran lógica. Que fácil resulta agrupar dentro de la nueva década del 60 a los grandes años del rockandroll, desde Elvis y Berry hasta Beatles y Stones (y Dylan, Holly, J Brown y diecisiete mil más).
Beatles y Stones también persisten durante la década siguiente, la era acuariana y la fresca (y/o no tan fresca) psicodelia de los sesenta (entre 66 y 75). Completa desde Floyd con Barret hasta Zeppelín, los muertos de Monterrey y la Yasgur’s farm (Woodstock). Hasta los setenta leídos así tienen más lógica, la decadencia completa entre Rotten y su anarchy y hasta el maquillaje de Andy Taylor y Liz Taylor. Completos el tecno, la new wave, el pop, etcétera. Y llegamos a hoy: EL AÑO UNO. Bienvenidos.
Y esta observación (es sólo otra manera de ver el tiempo) no es para nada exclusiva del tema musical: La propia historia Argentina tiene más sentido midiendo así. La década entre 1945 y 1955 es un ejemplo elocuente.
También lo es la década del 75 al 85.
Volviendo al rock, en Argentina perfectamente puede ser imaginado usando décadas-Calamaro (me tomé la libertad de bautizarlas con mi apellido). Dos puntos, entre 1965 y 1975 son los golden years, la aparición de los masters y también el genuino y mejor momento de varios. La psicodelia nacional ¿por qué no? Los setenta, entre el 75 y hoy son claramente visibles: los años difíciles (para ser roquero), la fusión latina y el jazz rock, la paranoia de no ser buen músico, la paranoia de no ser muy moderno, la paranoia de ligar un fuerte bastonazo en las costillas entrando al Luna Park, el metal, la new wave y finalmente el pop indiscriminante hasta la frialdad otra vez. Así hasta hoy.
Seguramente habrá desfazajes de algún tipo (no ves que el mundo gira al revés), pero no tanto.
Varias cosas tengo en mente para terminar, alguna vez termine diciendo: "participen de los movimientos populares", hoy en día les diría: "prendan el televisor y mírenlo fijo". (Dos maneras de ver el mundo). O si no esta frase (evocativa), simplemente "John Lennon, Bob Marley, Marvin Gaye" Tres que no conocieron esta nueva década.
Adeus irmaos adeus (Dorival Caymi).










lunes, 15 de diciembre de 2008


Diario de Elenita ¿Quién se comió todo el helado?


Guitarras y armónicas en el pasto. El chico que quiso ser perro.



Espesa niebla de blancas aves rapaces que una a una, picoteando en su mente van pellizcan de ella historias de nubes antiguas visiones del campo.
Carca



Ya no estoy locamente enamorada, empecé a hacerme creer que esa instancia no era posible en relación a los muchachos.

Los días de cobro transcurren pasivos y hasta candidos, algún asado en fin. Los días de fin de mes, invade un viento terrible, el de la pobreza y el de las privaciones, el de pedir fiado o pedir plata en algún lado. Es una rutina la economía, se vuelve predecible.

El me cuenta cosas y yo me pregunto ¿Por qué no me besas tonto? Porque no hace nada, habrá que darle un empujón, pero no tengo ganas tampoco. Sin embargo, no estoy enamorada de él, ya no. Pienso en el pasado y digo fue amor fue amor, pero ahora no. Me molesta de mí, que estoy fumando y bebiendo durante la semana, y me preocupa tener el riñón carcomido, los pulmones negros y la nariz roja de borracho.

Yo escribo lo que me gusta ¿no es suficiente? ¿Seré imbecil?


Mi método defensivo es ser irreverente, presumida, hedonista ¿no se dan cuenta? Es porque no me caigo bien, creo que la persona que peor me cae soy yo misma. Que sentimental, a veces pienso que no tengo nada nuevo para decir, pero hay que decir igual.


No es casual porque yo un día le dije que gustaba de él y parece que se la tomo en serio. Y vi una foto suya que me mando Gervasio, y parece un ratatuil. Ahora si, nada más.



Siempre tuya, Elenita.

martes, 9 de diciembre de 2008




25


Pero si usted es un maleante. Basta verle la mirada, el recoveco de la orbita de sus ojos. Usted no puede aparentar nada, absolutamente nada. Va por la calle y basta sentir la ráfaga de aire que deja al pasar. Su perfume inspira temor, no se. Nadie se atrevería a decirle que no.

69


Y hoy veía las caras fatigadas de la gente que esperaba el colectivo. Tres personas estaban esperándolo desde hace tiempo y lucían bastante mal. Me preguntaron: ¿No sabes cuanto tarda el 62? Les conteste: Las frecuencias son realmente muy malas, suelen tardar bastante. Me contestaron: Gracias por decirnos algo esperanzador.

72


El árbol estaba al revés, el perro estaba al revés, el auto andaba dado vuelta. La prostituta fumaba el cigarrillo pero la cabeza la tenía contra el pasto y sus piernas onduladas pataleaban en dirección al cielo.


72 (de regreso al bis).


El relámpago violáceo. Si lo esperaba ansiosa, lo soñaba, lo anticipaba. Espero el fin del mundo. Espero el fin del mundo junto a vos. Ah no, era solo una lluvia.

26


Una ráfaga me voló el sobrero. Una muleta me piso violentamente el pie derecho. ¿Llueve que alegría?
Oh.

viernes, 5 de diciembre de 2008


Vuela un jet hacia el sur la cósmica cintura del folklórico ataúd de un DC-10 que se hace estrellas contra el suelo. Hoy estoy como un jet perdido entre las nubes sin señales para ver adónde voy. Pero mi corazón no es ciego, puedo subir al cielo puedo vivir haciendote el amor pero me voy. Otro whisky y ya van mil yo me pregunto entonces si aún estarías aquí cuando yo no era nadie y no tengo plata en el bolsillo. La nostalgia que otra vez, no entiendo los que hacen lo mismo que yo hice ayer pero como hasta ahí nomás como viviendo en el pasado. Me escapé sin pensar, escuché a los Beatles y me fui a buscar la soledad y vos también estabas verde. Puedo subir al cielo puedo morir haciendote el amor, pero me voy pero me voy...

miércoles, 3 de diciembre de 2008


Mete poder a la mañana.

lunes, 1 de diciembre de 2008

SE FI- NI- TO


La locura es la vida cuando la vida es
dolor y la mejor medicina de un ánimo enfermo es
la muerte.

William Shakespeare, Otelo.


Detrás de la cerradura de la puerta de la desvencijada añoranza estaba Felipe tan dormido como una pared como un grifo al que se le mecen los cabellos y el mar tan arrepentido de haber hecho tanto daño se adueño de Felipe para no dejarlo ir para retenerlo y decirle que lo acompañe y que lo cuide porque las grandes aguas solas no tienen sentido alguno más que para albergar peces de colores y que vas hacer con ese pobre descuartizado que ni es pararrayos que ni es troglodita es una ameba que salta por todos los lugares por eso no me cuentes otra vez que anduviste viendo televisión que anduviste caminando por los pasillos porque me aburren tus enseñanzas y tus lecciones que son repetitivas sos la pura repetición el cable magnético que sos no te lo quita nadie oíste no te lo quita nadie me gustaría que fueras eso eso eso eso eso tan complejo como eso por lo que si yo te regalara aquel libro que tengo en la mesa de luz vos simplemente me dirías que lo leíste y no me dirías nada más porque estas preparada para decirme todo lo que no quiero oír entonces fue tan desagradable verte sentía que me pinchaban lo ojos con las agujas de crochet de la abuela Teresa esa vieja arpía que guardaba sus ahorros en el topo yiyo ese de la década de ñaupa y por eso no se lo dejaba tocar a nadie y de que le sirvió tanta agonía en vida si al final se murió ciega y pobre y con toda esa plata guardada de otras épocas que ahora no le sirve a nadie y ella es una maldita como vos sos veneno por dentro te detesto porque haces que me deteste a mí también y al final y en el final donde te vas a ir si yo se que siempre te vas a quedar acá tomando el té con limón y la copita de jerez antes de dormir y los bombones garoto en el aparador de siempre y el espejo que esta bien roto pero te sirve para mirarte a medias porque vos sos todo a medias y cuando me insistías que me ibas a venir a visitar vos no viniste nada y eso me hace enojar porque yo te espere y te espere y nadie me decía nada de vos y todos hacían ver como que estabas muerta pero o no que no lo estabas te tienen escondida como yo una día soñé que te tenían guardada y que no te querían sacar a luz pero son todas elucubraciones falsas ¿o no? que estás donde siempre en la cama tallada ahí mismo te estoy viendo pensando en todo y en la infancia y en el piano y en el café y en el amor que engaña siempre a vos te engañó a mi también me falta al respeto por eso no confío ni un tantito porque yo vi el pasado y la mala memoria es siempre la que funciona hacia atrás hay otra memoria que corre caminos como un automóvil y es la que va para adelante es la del mañana la de la risa sórdida es la que uno recuerda pero para el otro lado y vos siempre me decías que los hombres son todos iguales que mejor confiar en uno solo y me mentiste porque ni eso se puede ya te lo explique una vez y te dije que eras una hipócrita pero eran todas mentiras también y vos me decías que yo era tan graciosa y te robé entonces las fotos de Cuba que me parecían muy eróticas como la muñeca Arturo que vivía para hacer cosas con los otros muñecos hasta que le corte la cabeza por atrevida y yo si mandaba cartas a Italia era para hacerme ver y basta porque me sigo enojando con vos cada vez más porque me abandonaste y me dejaste a la deriva y preferiste morirte y eso es bien egoísta porque si yo quiero hago lo mismo pero no lo hago porque esto es mejor que cualquier otra cosa sin embargo vos te dejaste sola y te quedaste con tu barco y tus esculturas de yeso que eran bien desnudas y con la historia del ingeniero naval y sabes que vos te podes ir a donde quieras pero yo te tengo atrapada del borde del vestido para una vez por todas no dejarte ir a ningún lado.




Ceferino Namuncurá


Anteayer visitamos con mi papá la tumba de Ceferino Namuncurá; y alguien le había llevado flores y alguien también las había pisado. Y aunque estaban pisadas eran flores muy arregladitas, y cuando leí la tarjeta decía: “De Ceferino Namuncurá para Ceferino Namuncurá”. Y eso no es posible ¿Dónde se ha visto que un difunto se regale flores a sí mismo? Y dicho esto una voz detrás de mi papá y de mí dijo: aquí. Cuando dimos vuelta la cara nos encontramos a Ceferino Namuncurá.