miércoles, 13 de mayo de 2009


Lo concibió como un torbellino.
Fue poeta pero eso es otra cosa (…) Hay un epílogo.

Allí vi el último pétalo de la rosa que se deshoja sin pausa en ese viento
que otros llaman tiempo.


Sarita Gallardo




Mejor un pozo que es un esperpento pero que sucio un pozo, que si te colgás de un árbol perdido, en la pampa hay ojos de pájaros, de golondrinas que pasan, y en el mar peces que no cierran los ojos ni siquiera para dormir

Manuel Puig





¿Había algo extraño en la ventana? No, era yo mismo

Romero de Baticlana, sandalias violetas, cigarrillo en la boca, buscando algo. Desde siempre buscó aquello que tan fuerte la podía arraigar de una vez por todas con el lazo infernal, buscó su maldición. Y en las tempestades y los vientos que la devolvían algunos metros para atrás (pensó que era una progresión el hecho de avanzar) pero se confundió y sólo se vio más enterrada en el barro pensando que eso era triste. No sé hasta cuando ella interpretó de una vez por todas que Romero de Baticlana no era un sol, y hasta cuando su llanto se hundió con el de todos los otros en un pañuelo universal que era esta ciudad olvidada. Lo transparente de ella la hizo girar por todos lados, comiéndose la indignación de seguir siendo nadie y nadie y aunque pasará algo extraordinario ¿no seguiría siendo nadie?
Aunque la reconociera un viejo amigo en un bar y aunque le mandaran noticias de Buenos Aires. Todavía me cuesta imaginar cuanto sufrió esa criatura. La luna está cubierta con nubes y ella escribiendo desde la mañana. Con una pizca de ego-rock, subiendo y bajando, hígado hecho pedazos, pequeños pulmones grisáceos fumando orégano. Nadie le podía devolver nada y ella pocas veces pudo devolver tanto. Intrínseca necesidad de hacerse la bohemia (pero no le avisaron) eso ya no era moda. Arrastradas las dos por un remolino de tierra blanca (pensamos que era arena y era tierra). Recordando la tarde en que revolution nueve le resumió todo su siglo en el día en que conoció un poquito de aquello que le estaba vedado. Ella no era un producto. Los productos estaban por todos lados y ya no eran de calidad. Sin embargo en ocasiones pensé que lo era. Proletarizarse no podía ser tan malo. No me cuesta imaginarla tan seria y tan distante buscando un poquito de amor y un poquito de trascendencia. En vano muchacha. Seguirás en la búsqueda, esa es tu maldición, tu karma redondo. Muchacha como cualquier otra ¿de papel?










SEÑORA

Sale humo solamente, bocanadas, hace rato que cada uno
Piensa en sí mismo, no piensa. Tampoco para qué
Ni porqué aquí.

Ingeborg Bachmann



Para Ingeborg Bachmann (que no dejo de mirar su fotografía), para los sujetos invisibles y para mi misma








Gracias señora.
Se acerca sanamente.
La mancha de grasa ya traspasaba el
overol impúdico.

(Un delantal de flores)

Gracias, gracias.
Por el abandono.
Por la orfandad.
El desamparo que nos cuesta tan caro
que le cuesta tan barato.

(a usted)

Una caricia
en la cabecita

(Una mirada escatológica, llena de gusanos)
Caricia.
como si se la hiciera a un gatito suyo.
No me alcanza,
gracias.

El número sin fin del zapping

(de arriba hacia debajo de abajo hacia arriba evitando los mexicanos)

Porque decirlo así
t e a g r a d e z c o

(Canales impares)

De verdad
sin rencores.

(Como no)

Por tu suicidio y
el vino de cada día,
por el mío (risas)
Por tu pierna amputada y tu moto de silla de ruedas.

Por la sarna del tío
Alfonso.
(Alá la tenga a ella allá abajo en la gloria)

Por los ladrillos sapos que levantaste atrás de mi casa
Gracias por tanta delicia
El aparador está lleno de chucherias con tierra

La vecina sigue donde siempre
cogiendo con su padre, señora.

(Disculpe la intromisión)

Y el plástico que le recubre la
mesa de la cocina.
No le quiero decir nada,
esta gastado (pasó tantas).
El dinero del monedero suyo es de nylon.
(Ya lo recuerdo)
Su cara señora
está gastada

(además del monedero, pobrecito)

ya no es la misma cara
ahora parece un perro Char-pei
Sin embargo: que ganas.

Sin embargo:
que abandono
cuanta ausencia
cuanta miseria en los aparadores
cuanta tierra en sus manteles

cuanta locura en sus hijos
cuanta locura en usted misma

Qué abandonico su trato

Pero gracias
que todo estuvo muy lindo
como diez puntos de raiting


es un casete rebobinando.