jueves, 18 de noviembre de 2010

4 de julio 1991

Apenas me levanté escuché por la radio que se habían escapado, hace ya una semana, siete presos de la cárcel.

Tocaron la puerta los de la municipalidad:
-tenemos que demoler esta casa
-pero ¿por qué?
-hay varias denuncias, dicen los vecinos que de su casa se caen pedazos de mampostería todos los días.
-no sé, se deben estar equivocando
-¿su casa no tiene más de cien años?
-si pero…
-bueno, entonces hay que demolerla mañana a primera hora.

Se me ocurrió que podía sacarle fotos a distintas partes de la casa. Así me quedaría un recuerdo. Salí al patio.

En el cable de teléfono que atravesaba el patio había ropa colgada que no me pertenecía.
Luego encontré botellas de cerveza y restos de comida.

Comencé a inquietarme, entonces lo vi todo. El perro estaba durmiendo en la cucha con un hombre.


El hombre se despertó.
Me miró y lo miré y así permanecimos, y de repente habló. Me dijo que se llamaba Aldo.
Se había escapado de la cárcel, y estaba viviendo en mi patio hace una semana.

-Bueno –le dije- pero ahora van a demoler la casa y ya no te podes quedar.

Me dijo que era un carapintada.
-no sé lo que es eso. Lo que importa ahora es que me voy a quedar sin casa, en realidad, nos vamos a quedar sin casa, vos, yo, y el perro.

Esa noche Aldo se quedó dentro de la casa.

A la mañana volvieron a tocar la puerta.
-hola vinimos a demoler la casa.
-esta bien.
-necesitamos que salga
-bueno.

Aldo, el perro, y yo salimos caminando en dirección a la estación.
-¿saben qué? –dijo Aldo- ustedes pueden venir a vivir conmigo a la casa de mi madre en la Matanza. Le encantan los perros.
-¡Ay! –dijo el perro- no sabemos que palabras de agradecimiento utilizar.

Fuimos a vivir a lo de Aldo.
En donde estaba nuestra casa hicieron un edificio divino.
Son departamentos modernos. Todos les llaman departamentos inteligentes.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Festival de Poesía de Acá




IV Festival "Poesía, de acá".
Viernes 12 y sábado 13 de noviembre.
En Moll Bar (Sgo. del Estero 2358).


LEEN:


VIERNES 12

16.00
Joaquín Correa.
Lucía Couso.
Flavia Garione.
Verónica Goldenberg.



18.00
Florencia Roca.
Marina Yuszczuk.
Sol Echevarría.
Nicolás Pedretti.



20.00
Carlos Ríos.
Fabián Iriarte.
Mauro de Angelis.
Carmen Iriondo.



22.00
Iván Moiseeff.
Jonás Gómez.
Matías Moscardi.
Gastón Franchini.



SÁBADO 13



16.00
Vanina Colagiovanni.
Facundo Giménez.
Sebastián Hernáiz.
Alfredo Jaramillo.



18.00
Jorge Chiesa.
Luciana Caamaño.
Esteban Castroman.
Federico Torres.



20.00
Marina Mariasch.
Walter Cassara.
Ezequiel Alemián.



22.00
En vivo: Silent



También feria de editoriales independientes (vox, dársena3, huesos de jibia, gog y magog, clase turista y más), muestra de fotografía a cargo de lola inlovee, exposición de cuadros de dacid, bsides & rarities de rubi bleu.

jueves, 21 de octubre de 2010




Mañá lecturas.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

FLIA



Libritos baratitos, autores nuevitos para tu mesita de luz, además de arte y rock en vivo y en directo. Para no perdérselo ni acá ni en la China.

lunes, 30 de agosto de 2010

Háganlo como yo de Jana Cerná (Praga, 1924-1981)

Iremos a caballito
Como cuando éramos chicos
Como cuando éramos grandes.

Volar dentro de un aeroplano
Volar dentro de una cama

No cojo a gusto al aire libre
no consigo estirar las piernas

Y además se me arrastran por encima los gusanos

Sobre este modo de coger saldrá un
número especial de la edición de la noche
en el Lidové noviny que traerá un artículo de fondo
que tendrá por título Háganlo como yo

El zapatito de cenicienta calza a la perfección

También mi concha
pero sólo a algunos

Pero no a uno sólo
A ti re iría bien sin duda

Las conchas se hacen a medida
y al sastre se le dice
Póngale un forro de seda
Y no le ponga botones
Porque total la llevaré abierta

Se hacen entonces así
Como la ropa interior de hombre

Puedes lamerme el culo
Si eso te gusta

A mí por lo menos sí
Vino con sus dulces cabellos peinados como
/muchacho
y jugamos a papá y mamá

Pero el papá no era él
Y entonces fui a lo del doctor

Si hubiese sido él
Hubiera ido de todas formas

Yo le decía muchacho
mientras se movía al ritmo de la marcha fúnebre
de una sonata de Chopin

Fue algo alegre

Pero más alegre fue
con A a la turca de Mozart
porque era por atrás

De mi marido no debes tener miedo
es de tu misma escuela

Jugaban tocándose el glande
Y los gladiolos

Toquémonos nosotros también

Después no tendré más necesidad de ti
Sería triste
Y caerían lágrimas

Por el culo hoy no
me duele

Y además quisiera primero charlar un poco contigo
porque siento mucha estima por tu intelecto

Se puede suponer
Que eso es suficiente
Para coger en dirección a la estratósfera

miércoles, 14 de julio de 2010

México D.f

La arena empezó a volarse y aparecieron dos mexicanos adelante mío y me dijeron si quería alquilar un bote.
Yo les pregunté cuanto salía, y me respondieron que cincuenta pesos.
-yo tengo diez nada más –les dije-.
-no importa, te llevamos igual.

Salimos en el bote.
Uno de los mexicanos era rubio clarito y empezamos a navegar por el delta.
Desde los cinco años que no venía al delta.
La razón de porque estaba ahí, era que me había peleado con mi novio Mariano que vive en Ensenada en lo de sus abuelos. Me tomé el colectivo equivocado y aparecí en el río.
El día era uno de esos bien azules.
-Aquí –me decía el mexicano rubio- tienen un río en el que se pueden bañar, todo muy natural, hasta se puede venir a cazar.
-Si, yo vine a los cinco años, después nunca más. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
-eso, eso –dijo que el otro mexicano que hasta el momento no había hablado-.

De pronto oímos unos gritos que venían de un islote cercano. Michael se acercó con el bote.
Una chica pedía ayuda.
-¿Qué te sucede estás bien?
-no. mi papá se fue con la lancha hace dos días, como no volvió no tengo comida, solamente mate. Estoy gritando acá afuera hace dos horas y nadie escucha.
-Bueno –dije yo- ¿querés subir?
-si les agradecería.

Una vez que todos nos ubicamos en el bote empezamos a andar devuelta.
Ya estaba oscureciendo. El bote se detuvo con un temblor.
-debe ser un yacaré –dijo la chica-.
Yo me asusté porque nunca había visto un yacaré.
-Michael –dijo el mexicano rubio- ¿quieres ver que pasa ahí en el agua?
Michael asintió con la cabeza y se tiró al río. Se sumergió un rato y salió.
-creo que el yacaré este está mordiendo el bote, voy a tener que buscar un palo, y pegarle para que se vaya.
Yo le di una rama que estaba flotando cerca pero la rechazó.
-¡ésta no sirve wey!, voy a buscar otra.

Entonces vimos que Michael se iba nadando lejos, hasta que no lo vimos más.
-Hubiera traído mate de mi casa si hubiera sabido que nos quedábamos toda la noche acá -dijo la chica-.
Yo no sabía que hacer. Quizás Michael había hecho bien en irse. ¿Qué íbamos a hacer toda la noche?

Estaba amaneciendo en el delta cuando el bote se desatascó y volvió a moverse. El mexicano rubio comenzó a remar hacia la orilla y todos permanecimos callados.
Cuando estábamos por llegar al muelle nos cruzamos con un barco catamarán.
El mexicano que se había ido nadando estaba ahí.
Se hizo el que no nos veía y traía puestos unos anteojos de sol.

lunes, 17 de mayo de 2010

“Quien lea este libro perderá el tiempo para ganar
(burgueses somos al fin de cuentas)
el espacio, el “topos” del goce”.


Osvaldo Lamborghini, texto de contratapa de Oro de Arturo Carrera.






Alumbrados con velas en las caras se me aparecieron de noche los vecinos.
-Vení –dijeron-.
Tom, el que vino de Rumania estaba prendiendo fuego unas ramas de eucalipto.
Entonces me ofrecieron vino, después cerveza, alguien se puso a cantar en otro idioma.
Nadie entendía, pero todos bailamos alrededor del fuego hasta que se consumió.
La señora de al lado y su marido se quedaron durmiendo en el pasto, otros también, pero yo volví a mi casa.
Era de día y mamá preguntó ¿Dónde estabas? ¿te traigo café?

viernes, 16 de abril de 2010

apariciones

Hoy vi un ovni, o al menos me gusta pensar que lo sea.
9:30 por la calle de los castaños y los faroles rotos.
Una luz bajó y subió para desaparecer.
Mi acompañante prefirió pensar que se trataba de un murciélago que “larga luz”.

¿Por qué no nací otra criatura? Gato, zapallo, ¿droga?

jueves, 18 de marzo de 2010

El vendedor de medias

Los días se semana me quedaba sola en mi casa. Casi siempre me la pasaba acostada porque me aburría muchísimo.
No era por el hecho de estar sola porque acompañada me aburría lo mismo. Entonces alternaba la cama con el teléfono, el teléfono con diez minutos de televisión que me exasperaban.
Los jueves venía el vendedor de medias.
Él decía: -¿está tu mamá? Y yo le respondía siempre:- no, esta trabajando.
Apenas escuchaba que mi mamá no estaba se iba. Lo raro es que no se diera cuenta después de tantas semanas que mi mamá nunca estaba a esa hora. Tampoco entendía por qué no me quería vender las medias a mi. Después de mucho tiempo, empecé a pensar que el vendedor de medias tenía otras razones para venir, aunque nunca me interesó averiguar cuales eran.
Un día jueves volví a sentir el timbre a las cuatro de la tarde. Abrí.
-¿Quién es?
-el hombre de las medias ¿está tu mamá?
-no se encuentra ella.
Y por fin me dijo otra cosa: -bueno vengo un día que ella esté.
-¿pero vos no venís los jueves nada más?
-no me molestaría venir otro día.
-¿querés esperar dentro de mi casa a que venga?
-esta bien.
-¿A qué hora viene tu mamá?
-a las ocho.
-Son las cuatro recién ¿querés venir a mi casa?
-¿es muy lejos?
-cinco cuadras.
-bueno.

Salimos de mi casa en silencio. Lo seguí las cinco cuadras que terminaron siendo ocho. Su casa era blanca con arbolitos afuera. Entramos y fuimos a la habitación.
Arriba de la cómoda había una especie de títeres hechos con medias de colores. Estaban bastante mal hechos, tenían ojos de botones, a casi todos les faltaba un ojo.
-que lindos -dije.
-si, son mi orgullo, soy titiritero además de vendedor de medias.
-¿si? yo además de estar en mi casa, a veces ayudo a mi papá en su almacén.
-debe ser divertido ¿tu mamá también trabaja en el almacén?
-si, mis papás trabajan juntos pero están separados. A veces se pelean en el negocio y es una vergüenza por los clientes.
-y ¿por qué no se turnan? Uno a la mañana y otro a la tarde, para no verse, digo.
-porque no quieren, les gusta trabajar juntos.
-ah, ¿vamos a la cama?

De pronto vi que la cama tenía un acolchado floreado. Desde siempre los acolchados floreados habían sido objeto de mi repulsión.
-mejor no, sabés…
-¿por?
-porque me parece que se va a largar a llover, y si no llego antes a mi casa me voy a mojar toda.
-¡que macana! Yo encima no tengo paraguas para prestar.
-además (lo había visto en una película) es la hora de la hora.
-¿qué?
-que es la hora de irme.
De pronto, observando la habitación veo un portarretratos con una foto de mi abuela arriba de la repisa.
-¡che, esa la de la foto es mi abuela!
-¿de verdad? es amiga de mi mamá.
-¿y tu mamá?
-no se, esta de viaje.
-ah mirá vos.
-bueno, ¿querés unas medias?
-no traje plata la verdad.
-no importa, me las pagas otro día.

viernes, 12 de marzo de 2010

jueves, 11 de marzo de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

La polilla

Volví a mi casa para observar a una polilla reina que había atrapado en un frasco.

Es fascinante –escribí a las 3:45- las polillas a diferencia de nosotros no piensan que se merecen felicidad (derecho a la belleza).


Mirando a la polilla, sigo teniendo la percepción incompetente del turista. Después me olvidé de ellas por tres horas.

Escucho “hace tu cama”, escucho “dejá de mirar ese bicho inútil”. Respondo: -¡inútil vos! Y me voy corriendo con el frasco.

Jugué por última vez a las muñecas. Esta vez tenían dios. Adoraban todas a la polilla que revoloteaba por su frasco.

En Moby Dick leí: “sensato Stubb ¿de qué te quejas?”
y me respondo: -de la polilla ¿de que más?
Ella es el actor principal de este proceso.