jueves, 30 de julio de 2009


Her majesty's a pretty nice girl, but she doesn't have a lot to say, her majesty's a pretty nice girl but she changes from day to day. I want to tell her that i love her a lot but i gotta get a bellyful of wine, her majesty's a pretty nice girl someday i'm going to make her mine, oh yeh, someday i'm going to make her mine.

viernes, 17 de julio de 2009




Debajo de aquellos rojos y verdes entremezclados dormía un cordero. La perfección de su sueño se extendía por todo el valle. Conducida por los espíritus del lago. El sueño se hacía traspiés y caída, obligándome a mirar en torno para soslayar algún reclinatorio. Inmóvil el cordero parecía soñar el árbol. Me extendí y recliné en su vientre, que se movía como para provocar un ritmo favorable a las ondas de sueño.

José Lezama Lima,
Paradiso



Fragmentos dedicados a dos poetas y profetas locos: Nick Drake y Leonard Cohen.


Songs of Love and hate

I

Tanta agua tanto sarcófago, me pregunto si todavía vale la pena o si todavía valemos la pena o es cuestión de dejarnos libres, al azar, al viento, al acantilado ya que no comprendemos nada.


II

Avalanche

En la pared dice: muy lejos de aquello que consideraba verdad, eso lo escribí a los dieciséis años, también pinté yo misma las paredes con temperas de colores. Hay una foto de los cuatro de Liverpool.
Ringo tiene su espacio en una foto que tiene puestos unos lentes y dice como que te importa. Hay libros hechos un quilombo, uno dice, dejáme ver: El chino de Dock Sur. Mamá ¿por qué lloras? Ya móntate en el rayo. Yo misma no me siento nada bien. ¡Adiós Petrushka! Bienvenidos, bienvenidos, pasen ¿adiós? Hola. ¡Hola mamá, hola Ringo, hola Petrushka!

pink moon


I

Entre álamos. Y más bien entre más álamos. Había -si podríamos sólo saberlo-, un objeto enterrado. Y también estaba ahí el que buscaba al objeto. Como endemoniado sus afiladas uñas llenas de tierra por obra de la excavación continua. Verdes los ojos, verdes, las uñas también verdes y negras. Saca de la tierra un libro. Lo huele. Escribe unas cosas que parecen palabras.
Algunos que se encuentran en lugares inexactos imaginan la misma escena, ven a alguien, entre los álamos, excavando la tierra, sacando de ella un libro, escribiendo algo en él; se fijan especialmente en los verdes ojos, verdes, las uñas también verdes y negras.


Hey, that´s not way to say goodbye

I

Sus ojos eran como dos rivotriles que me enjuiciaban, y soy como un mosquito de la madrugada, molesto y musical.

Parasite

III

Hay prostitutas disfrazadas de brujas, hay travestís con túnicas. Todos ríen en un cuadro siniestro. He inventado una ciudad. He fumado con los dedos de los pies.

I

Entonces ella hacía tiempo y su cuerpo era demasiado evidente.

III

Hacer un cuento de un gato que hable y cuyo mayor deseo sea el suicidio.
Hacer un cuento de más de dos páginas (al menos).

Things behind the sun

Me burlo y la retengo. Le canto una canción, quiere arañarme. La hago bailar y patalea. Me rasguña, salta erizada –es un erizo- se va corriendo y gritando. Vuelve, la llamo. Me mira desde una esquina.
Hay una que se enamora, esa hace tiempo que no la encuentro, creo que se habrá perdido o exiliado. Las otras la han echado a la pobre.

jueves, 2 de julio de 2009

Los ringos

Cuando éramos muertos, no sobraba nada. Nos paseábamos por los corredores blancos y desde atrás de los árboles de manzanas sonaba una música clara. Cuando éramos vivos moríamos todo el tiempo, como cerdos que se sacrificaban.

¿Era suficiente?

-ella –dijo-.

Mirábamos al gato bailar la tarantela arriba del pilar de la luz. Marianita se peinaba los rulos. Había un perro vestido de tul. Mi tía fumaba y tejía al mismo tiempo, ella lo hacía posible, lo demás era mentira.
Cuando éramos muertos sufríamos como los vivos, pero no queríamos volver a estar vivos. Cuando estábamos vivos anhelábamos estar muertos. Siempre uno desea mentiras.

Marianita a las 6 de la tarde se disfrazaba de beatle.

Cuando estábamos vivos mi tía un día murió, quedaron sus agujas, Marianita se fumó sus cigarrillos:

–Lo que alguien deja inconcluso, lo tiene que tomar el otro –dijo-.

No sé. Estábamos muertos y queríamos ser nadie. Queremos ser nada. Es como si los pensamientos y la voz viniera de afuera y lo atravesaran a uno. No somos lo que hablamos. No hablamos lo que somos. Esto es viejo. Marianita dijo:

-Vi a una virgen montada en un burro volando por las nubes.

Le creí. Le creí años. Hasta que un día me encontré con un libro que contaba una historia parecida. Ahora sé que se lo había copiado de ahí. Después de todo, siempre nos estamos copiando. Cuando volvía a contar la historia delante de la gente, yo me callaba la boca para satisfacerla. Uno siempre hace algunas cositas por amor (algunas).

Marianita siempre quería jugar a que era Ringo. ¡Yo quería ser Ringo! –No, tonta no puede haber dos Ringos, podés ser Paul.

¿Por qué no podía haber dos?

¿Por qué no podía haber, dos, tres, treinta Ringos? ¿Qué tenía de malo? ¿Por qué ella sola tenía derecho a ser Ringo?

¿Porqué yo quería ser Ringo y no otro?

En definitiva uno es una maquina de desear lo de otro. Y ahora que somos nada, me quede con las ganas.