domingo, 15 de febrero de 2009

Yo vivo en una ciudad donde la prisa del diario trajin parece un film de Carlitos Chaplin aunque sin comicidad.
Pedro y Pablo
Gran espacio en blanco de mi casa a la tuya
Creerlo es haberlo soñado. Cuando daba media vuelta en la cama ya me estaba enredando con las sabanas. Eso significaba una cosa en la ventana, de ella salía como si fuera un parlante los ruidos de la superurbana avenida. Esta vez había soñado con un perro guacho que me despertaba. En efecto, al mirar por la ventana vislumbré al perrito que le ladraba al linyera del barrio que varado se había quedado en mi puerta la blanca por los tragos del tinto elemento, y a pesar de mi poca conmoción encendí la radio que pasaba boleros y me pregunté que tan fea podía sonar la escuadrilla del amor, sin embargo el linyera pareció escuchar mi radio que fuerte estaba y se puso a tararear el bolero que bien lo sabía. Me puse contento por él. Roca por mano, me tocaron el timbre y yo no quería que se me queme el café matutino.
Abrí enseguida y en la puerta estaba el perro guacho que me había despertado, esta vez venia a decirme –en un tono por demás refinado- que el linyera había muerto instantes atrás cantando el bolero que pasaba mi radio portátil.

4 comentarios:

Flavia Garione dijo...

mi casa es tuya

joaquín c. dijo...

lo curioso no es que el perro hablara,ni que el linyera cantase boleros, ni la transmigración de la realidad al sueño o al revés
hay algo simpático quizas en el café y la inoportunidad del perro

Pablo Di Iorio dijo...

no aparezco acá

Flavia Garione dijo...

No no era otra cosa que no publique, te la mando por email.

Sobre los cuentos de terror de pablito.
lola