lunes, 1 de diciembre de 2008

SE FI- NI- TO


La locura es la vida cuando la vida es
dolor y la mejor medicina de un ánimo enfermo es
la muerte.

William Shakespeare, Otelo.


Detrás de la cerradura de la puerta de la desvencijada añoranza estaba Felipe tan dormido como una pared como un grifo al que se le mecen los cabellos y el mar tan arrepentido de haber hecho tanto daño se adueño de Felipe para no dejarlo ir para retenerlo y decirle que lo acompañe y que lo cuide porque las grandes aguas solas no tienen sentido alguno más que para albergar peces de colores y que vas hacer con ese pobre descuartizado que ni es pararrayos que ni es troglodita es una ameba que salta por todos los lugares por eso no me cuentes otra vez que anduviste viendo televisión que anduviste caminando por los pasillos porque me aburren tus enseñanzas y tus lecciones que son repetitivas sos la pura repetición el cable magnético que sos no te lo quita nadie oíste no te lo quita nadie me gustaría que fueras eso eso eso eso eso tan complejo como eso por lo que si yo te regalara aquel libro que tengo en la mesa de luz vos simplemente me dirías que lo leíste y no me dirías nada más porque estas preparada para decirme todo lo que no quiero oír entonces fue tan desagradable verte sentía que me pinchaban lo ojos con las agujas de crochet de la abuela Teresa esa vieja arpía que guardaba sus ahorros en el topo yiyo ese de la década de ñaupa y por eso no se lo dejaba tocar a nadie y de que le sirvió tanta agonía en vida si al final se murió ciega y pobre y con toda esa plata guardada de otras épocas que ahora no le sirve a nadie y ella es una maldita como vos sos veneno por dentro te detesto porque haces que me deteste a mí también y al final y en el final donde te vas a ir si yo se que siempre te vas a quedar acá tomando el té con limón y la copita de jerez antes de dormir y los bombones garoto en el aparador de siempre y el espejo que esta bien roto pero te sirve para mirarte a medias porque vos sos todo a medias y cuando me insistías que me ibas a venir a visitar vos no viniste nada y eso me hace enojar porque yo te espere y te espere y nadie me decía nada de vos y todos hacían ver como que estabas muerta pero o no que no lo estabas te tienen escondida como yo una día soñé que te tenían guardada y que no te querían sacar a luz pero son todas elucubraciones falsas ¿o no? que estás donde siempre en la cama tallada ahí mismo te estoy viendo pensando en todo y en la infancia y en el piano y en el café y en el amor que engaña siempre a vos te engañó a mi también me falta al respeto por eso no confío ni un tantito porque yo vi el pasado y la mala memoria es siempre la que funciona hacia atrás hay otra memoria que corre caminos como un automóvil y es la que va para adelante es la del mañana la de la risa sórdida es la que uno recuerda pero para el otro lado y vos siempre me decías que los hombres son todos iguales que mejor confiar en uno solo y me mentiste porque ni eso se puede ya te lo explique una vez y te dije que eras una hipócrita pero eran todas mentiras también y vos me decías que yo era tan graciosa y te robé entonces las fotos de Cuba que me parecían muy eróticas como la muñeca Arturo que vivía para hacer cosas con los otros muñecos hasta que le corte la cabeza por atrevida y yo si mandaba cartas a Italia era para hacerme ver y basta porque me sigo enojando con vos cada vez más porque me abandonaste y me dejaste a la deriva y preferiste morirte y eso es bien egoísta porque si yo quiero hago lo mismo pero no lo hago porque esto es mejor que cualquier otra cosa sin embargo vos te dejaste sola y te quedaste con tu barco y tus esculturas de yeso que eran bien desnudas y con la historia del ingeniero naval y sabes que vos te podes ir a donde quieras pero yo te tengo atrapada del borde del vestido para una vez por todas no dejarte ir a ningún lado.




Ceferino Namuncurá


Anteayer visitamos con mi papá la tumba de Ceferino Namuncurá; y alguien le había llevado flores y alguien también las había pisado. Y aunque estaban pisadas eran flores muy arregladitas, y cuando leí la tarjeta decía: “De Ceferino Namuncurá para Ceferino Namuncurá”. Y eso no es posible ¿Dónde se ha visto que un difunto se regale flores a sí mismo? Y dicho esto una voz detrás de mi papá y de mí dijo: aquí. Cuando dimos vuelta la cara nos encontramos a Ceferino Namuncurá.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Le quitaría la última oración. Flor de cagazo!

Unknown dijo...

Soy Ceferino